Marta se preparaba como una actriz en su pequeña habitación. Se peinaba cuidadosamente y se maquilló. Con colores neutros, casi imperceptibles a los ojos de quien la viera. No sabía si elegir una camiseta negra o blanca. Al final eligió la primera ya que para la función que debía de desempeñar allí fuera debía de ser dura, más de lo que era. Se puso su vaqueros y las bambas favoritas que le regaló su hermano, unas Nike con velcro de estética ochentera.
Estaba ante la puerta de su habitación. Se concienciaba lo que iba decir y como lo iba hacerlo. Se estaba preparando sus gestos. Se acarició su cara y su pelo y por fin abrió la puerta como cuando el telón abre y espera un gran teatro para escuchar un gran monólogo. Sabía que debía de exagerar y ser histriónica porque su público lo demandaba y se lo pedía.
- ¡No soy vuestra madre! Que me vea regañando a mis treinta años a dos hombres es lo más patético que puedo hacer. Aunque es más triste que tenga que compartir casa con personas que no conozco de nada, porque no me llega mi sueldo para comprar o alquilar yo sola un piso.
¡No es escondáis como hurones!
No habéis pagado el alquiler y estamos en la segunda semana del mes. Nos van ha meter un puro y un desahucio por dejados y desidia. Yo por lo menos yo ya he ingresado mi parte.
Tu habitación huele y tú no te das cuenta. Desde que estás en el paro no haces nada sólo compones música que la cuelgas en tu myspace, pero que nadie la escucha. Limpia esta pocilga. Tienes libros que te llegan hasta el techo. Además no sé como has podido comprar tanto libros de Poe sino puedes comprarte ni siguiera un yogurt caducado. No ves Jesús que no puedes vivir así con tanto papel en el suelo, vas a asfixiar hasta las cucarachas.
¡¿Qué es lo que cuelga encima de tu cama!? Espero que no sea pelo de tu novia. ¿No serás fetichista o algo por el estilo? ¡Qué asco! Me estás diciendo que son mechones de tu propio pelo. No me extraña que Noelia no te quiera en su casa, no es por los ronquidos cariño sino es por todo el conjunto.
Además te recuerdo que debes limpiar el cuarto de baño. Esta semana te toca. ¡No es una amenaza mi amor; sólo es una advertencia! Y no te señalo con el dedo.
Ya era hora que saliera el segundo hurón de su escondite.
No me mires con miedo, no te voy a comer. ¿Habrás escuchado todo lo que he dicho a Jesús, pues la misma receta va para ti? Además a ti te toca la cocina. Para que lo sepáis yo no soy vuestra criada, ni he nacido para serlo.
¡Te he dicho mil veces, Carlos, que no invadas el comedor con tus playmobils! Este espacio es de los tres. Odio estos muñecos rígidos. Me gustaban de pequeña pero ahora me gustan otras cosas.
¡Pero te puedes mirar! Tienes la habitación llena de recuerdos de la infancia. Tienes todos los robots de Manziger Z y además sin consultar con nadie nos has colgado e impuesto para que lo veamos los que vivimos aquí un poster de “La guerra de las Galaxias”. ¿Qué es el cartel originario de hace treinta tantos años? ¡Gracias por recordarme que lo que invade la casa se llama vintage!
¡¡ Qué te han echado del trabajo hace cuatro días !! No entiendo nada. Seguro que para saciar tu depresión te has gastado un pastón ayer comprando un MacBook y un IPhone porque sino me quedo aquí tiesa.
Estoy frustrada.
Los tres estaban en el comedor. Marta sentada en el sillón se quitó el calzado. De a lado del sofá cogió una caja metálica y sacó una cajetilla de tabaco. Fumando miraba a sus dos compañeros.
- ¡Qué mal genio! Tú no eres así. ¿Qué te ha podido pasar? Para tu información tanto Jesús como yo ya hemos ingreso nuestra parte proporcional del alquiler - Dijo Carlos de forma cautelosa ya que no sabía muy bien como iba a reaccionar Marta.
La cara de la muchacha surgió una mueca de sonrisa discreta e inocente la que siempre habían visto los dos muchachos y todos sus amigos y familiares. Comenzó a hablar con un tono ligero y silencioso:
- Os pido perdón. Esta semana ha sido un infierno, nos han comunicado que la empresa donde trabajo se va a Polonia. Para San Juan más de cien personas estaremos en la calle. - Hubo un silencio .- Este verano tendré que comenzar otra vez de nuevo. Entrevistas, exámenes para ver mi actitud sumisa ante la empresa, conversaciones paras saber mi nivel de inglés, dinámicas de grupo. Una selección para conseguir el mejor y perfecto trabajador. Una selección copiada de los nazis para exterminar al más débil en los campos de concentración. - La sonrisa de Marta cada vez se iba apagando hasta que sus labios gruesos se convirtieron en una línea horizontal. Continuó hablando.- Algunos banqueros y empresarios se frotan las manos, los primeros consiguen dinero público y los segundos con la excusa de la situación económica catastrofista se aprovechan para deslocalizar empresas y llevarlas al este de Europa, tal como hicieron hace treinta años con las que había en Alemania llevándolas a Portugal o España. Todo para conseguir una mano de obra barata rozando lo gratuito y ganar más dinero. Dicen que cuando acabe esta crisis el capitalismo habrá acabado pero creo que cuando finalice todo este embrollo el mundo será más capitalista, más injusto, más sucio.
La radio, la televisión, los diarios continuamente te hablan de la crisis. Crisis. Sólo escucho esa maldita palabra. Estoy rozando el colapso.
- No estés continuamente pensando en estos temas. Si te vas a la calle te darán el subsidio de desempleo por un periodo de dos años. En ese momento habrás entrado en la gran empresa. - Dijo Carlos
- ¿En qué empresa?
- En el INEM donde hay tres millones de parados con su subsidio.
Marta comenzó a reír.
- Vive el presente porque el futuro no existe si vives angustiado. - Cantaba Jesús moviendo su cabellera negra.- Es una canción que he compuesto. Lo que debemos hacer es ir divertirnos por la noche de Barcelona. Hace tiempo que no vamos los tres a desfasarnos por las calles de esta ciudad que pide a gritos nuestra presencia.
Marta afirmaba con su cabeza y con una gran sonrisa enseñaba sus blancos dientes.
*
Cuando camino por la noche, y siempre me sucede, los colores de las luces de neón se potencian en mi retina. Las luces de los escaparates me encandilan llevándome a nuevos mundos, universos de fantasía. Los colores fluor que se sumergen de las esquinas me recuerdan a escenarios sacados de la película “Blade Raner”.
Todos por la noche somos animales artificiales. Vestimos de forma extraña para ser vistos.
Caminamos por la Ramblas.
Los paquistaníes nos ofrecen latas de cerveza por un euro. Le compramos y nos alejamos con rostro de alegría. Está caliente, pero me da igual. Esta noche quiero divertirme.
Está las calles invadidas de turistas. Vienen a la ciudad como aves migratorias cuando hace buen tiempo. Vienen a hacer sus despedidas de solteras, a comprar más barato en las mismas tiendas que están en todo el mundo y sobretodo a hacer sexo en algún lavabo de discoteca o en sus hostales saboreando el olor a sudor a sal del mar.
En la noche las voces se convierten en gritos casi violentos y sensuales.
Nos hacemos los tres fotos con el nuevo móvil de Carlos. Alzo la mano y comienzo a disparar. Nuestras caras forman ridículas expresiones. El flash nos ilumina entre las prostitutas que rodean la Iglesia de Belén. Después nos miramos en la pantalla táctil.
El estrepitoso ruido de un vaso roto de cubalibre a lado de mi tacón derecho rojo en el club musical llamado Fellini.
La música ya rozando la madrugada suena profundamente fuerte hasta conseguir reventar mis entrañas.
Suena música de hace más de dos décadas: OMD, Eruthmycs, Human League, Buggles … Salto, bailo, chillo, bebo, me drogo, beso, ligo, canto …
Al final suena “Material Girl”. Madonna canta de forma extrañamente aguda y sueño que un señor vestido de traje chaqueta me lanza decenas de diamantes a mi cuerpo moreno y desnudo.
Vamos tranquilamente a ver la salida del sol en alguna playa de la ciudad bajo alguna palmera. Bebiendo y fumando.
Me detengo ante un señor obeso que vende lotería en la salida de la boca del metro de Jaume I. Le compro un décimo.
- ¿¡Si ganas!? - Me pregunta
- Me compraría la Luna y cultivaría tulipanes negros.
Río, ya no siento mi cerebro.